Entradas

Confesión

Mi mundo arde violentamente por las llamas de amores fallidos, intentos no consumados, pasión vacía. Los incendios son fuertes, me deslumbran y me dejan tentando en las penumbras. Cuando al fin todo se acaba, cuando me siento casi muerta, ya desahuciada; saco unos cerillos y prendo una vela. Una vela suficientemente cálida para reconfortarme y suficientemente pequeña para no matarme. Una vela que se acaba y se consume conmigo, al paso de mi vida. Una vela que cuando quiere revolotea, y cuando no, permanece quieta. Una vela que no se niega a alumbrarme, porque si se apaga la mantengo encendida. Una vela que lo es todo, no alumbra altares, porque el ídolo es ella.

El eterno ciclo del asco

Imagen
Hace mucho que no vengo para acá. Hace mucho que dejé este espacio y las palabras. Lo dejé después de darme cuenta que a nadie le importaba leer mis desgracias. Me di cuenta tarde. Para ser precisos, estuve sin darme cuenta desde el génesis de este espacio. Sin embargo, aquí estuve, aquí estuvieron mis palabras. A veces soy yo la única que acude a este sitio a leer y tal vez es por ello que escribía, para leer, para construir y avanzar. Vuelvo aquí para escribirme otra vez, porque si soy yo la única que lee, tengo el deber cívico de reprocharme el asco que da ser yo y vivir mi vida. Voy de fracaso en fracaso, lo poco que intento no cuaja y las miles de aspiraciones que tengo ahí se quedan porque me aterra seguir fracasando. Que si escribir un nuevo blog, que si escribir un ensayo, que si salir a la calle a entrevistar gente para hacer contenido bueno. Dejar de depender de personas a las que poco les importa mis problemas. Ir a un psicólogo, dejar de tener miedo de salir a la calle,

Recuerdos de primaria

Hoy recordé, gracias a mi hermana, uno de los momentos lúcidos del pasado. Iba en cuarto de primaria; en ese entonces mi vida era feliz. Usaba calcetas café, y no huía de la resolana que cubría el inmenso patio. En los recreos -por que en ese entonces aún no eran recesos- salía del salón y compraba dos pesos de palomitas con mucha salsa para compartir con mis amigas. A veces jugábamos Basketball o nos volvíamos Cheffs veganas haciendo tacos de hojas; las cuales cortábamos en un tronco que se parecía mucho a la tabla de picar de un taquero. El día nunca pasó lento. El sol siempre marcaba la hora, y cada vez que la luz caminaba hacia el jardín trasero y abandonaba las canchas: sabía que quedaba poco para salir, comprar algunos chuches y partir a mi casa contestando las preguntas de mi madre y compartiendo las aventuras del receso con mi hermana. En la salida de la escuela había un muro de padres ansiosos, rodeados por un frente de puestos que representaban la recompensa de la j

Vómito verbal puro.

Imagen
Yo no sé que es lo que me pasa, por qué me cuesta hablarle a la gente de lo que siento, compartirle lo que me gusta, abrirme al debate de opiniones. No sé si es miedo o arrogancia. Desde siempre me ha gustado escribir haciendo metáforas absurdas que después de días o años ya no entiendo, seguro cuando la gente lo lee no lo entiende o es tan ajeno que deja de importarle, y yo en mi afán por hablar y desentenderme de la gente y de mi misma; escribo cuentos embarañados, twitteo sobre cajas de calabaza y zanahoria o simplemente me ahogo con el silencio.  Estoy enojada, estoy triste ¡no lo sé! No sé que me pasa. Me acuesto y no salgo de la cama, mis pies están dormidos, no me responden y se hacen débiles. No quiero hablar conmigo misma porque cuando lo hago me volteó la cara y me pongo a mirar memes. No quiero desahogarme cuando estoy sola porque tal vez quiero que alguien me dé un abrazo y me diga que me entiende aunque en el fondo todo le parezca la más grande tontería.  Quier

Sueño, tiempo y tú

Imagen
Los calendarios no sirven el día no dice nada. Nada habla sobre el pasado como el cuerpo y mi cuerpo me dice que el tiempo se acaba. En las noches mi sangre corre una carrera acelera Sus motores son potentes y no dejo de escucharlos. El tiempo viaja, es una bomba -Aqui- dentro. En mis ojos pasa el tiempo, no pasa en los edificios ni en el paisaje cambiante se pasea durante tu ausencia,  en los rincones donde no te veo. Mis manos son testigo del tiempo no me señala en la muñeca coordenadas, pero me toca.  Cuando apartas tu mano: el tiempo pasa,  se extiende y me cubre, se ciñe y dibuja lineas que no han de irse. El tiempo lo siento en mis pies, en mis piernas Soy objeto del tiempo en tanto que mis pasos se alejan de ti. Soy tiempo que pasa y acaba, tiempo que camina buscando sin encontrar nada. Pero en los sueños, ¡ahí! no hay tiempo. Sueños contigo, sueños que son tuyos, sueños

Es de sabios

Mayo 1° de 2013. 1:12 a.m. Nada es mejor sabido como que dos se aman. Aquí vienen y se conocen, se buscan y encuentran. Se pierden y se niegan, pero al final, al final de todo, al final de ese pancho de niños, no les queda de otra que amarse. En realidad, siempre lo hacen. Mientras se miran y se coquetean, mientras se extrañan, mientras se ignoran. No hay nada que persista, no hay nada mas cierto que la verdad de su amor. Que si bien no puede ser explicado, definido o contado, es bien de sabios saber que lo único que se sabe, aunque no se sabe bien porque, es que se ama. Con una cantidad mas infinita que el propio infinito del universo. Es bien de sabios saber y de necios decir, que el amor es ella o él mientras te mira, ayuda o te cuida. Cuando se acerca a ti, durante una mañana fría, tan sólo para darte de si, el aliento y calor para seguir tranquila en el sueño que, seguro, esta plagado de él o de ella...

Perdida Parcial.

Pasa, la puerta ha estado abierta por siglos. Toma asiento: en el sofá, en la cama. El dónde ya es irrelevante, pues tienes residencia asegurada en mis recuerdos. ¿Gustas algo? ¿Café, té? ¡Vaya! Un té quieres, me he dado cuenta de ello y aún así te ofrezco dos espejos al costado de mis narices, ¿por qué no? A lo mejor yo un té quiero. Adelante pues, el camino es tuyo, es mio y es nuestro en un universo paralelo donde el nosotros es más que intentos de poesía, en que dejas de ser martirio o espejismo de la lejanía. Soy constante apostadora de esta querella, puesto que ya no hay nada que perder, nada más y nada menos porque todo lo perdí contigo. Si he dejado ir otra cosa, yo ya no lo recuerdo, porque mi razón se hizo prófuga contigo. Dejaste aquí en serena y plena calma una esperanza que se repite constantemente -¡Pirómano de las estrellas!- en un mundo en que te atrapo y te desvances, un lugar que has vuelto contestadora de la realidad, cuando te llamo y me respondes en otra lí