Perdida Parcial.

Pasa, la puerta ha estado abierta por siglos. Toma asiento: en el sofá, en la cama. El dónde ya es irrelevante, pues tienes residencia asegurada en mis recuerdos. ¿Gustas algo? ¿Café, té? ¡Vaya! Un té quieres, me he dado cuenta de ello y aún así te ofrezco dos espejos al costado de mis narices, ¿por qué no? A lo mejor yo un té quiero.

Adelante pues, el camino es tuyo, es mio y es nuestro en un universo paralelo donde el nosotros es más que intentos de poesía, en que dejas de ser martirio o espejismo de la lejanía.
Soy constante apostadora de esta querella, puesto que ya no hay nada que perder, nada más y nada menos porque todo lo perdí contigo. Si he dejado ir otra cosa, yo ya no lo recuerdo, porque mi razón se hizo prófuga contigo. Dejaste aquí en serena y plena calma una esperanza que se repite constantemente -¡Pirómano de las estrellas!- en un mundo en que te atrapo y te desvances, un lugar que has vuelto contestadora de la realidad, cuando te llamo y me respondes en otra línea, disfrazándote de mi subconsciente, ¡qué cínico eres! ¡Extra! ¡Extra! Me he vuelto estúpida y terca como un perro.

Te has muerto en el espacio donde no estás conmigo y revives en el tiempo cuando olvido que existo. Vaya, Vaya, ¡Tú y tu instinto suicida! Ojalá me mataras con tus siempre fieles semillas de manzana, ojalá me revivieras; ¡pero qué mala suerte tengo! No tienes idea de qué son los primeros auxilios, aunque constantemente te los pido. Si logras lo anterior espero poder mirarme o morirme en tu mirada. ¡Vaya plegaria de lo absurdo! A ver si ya te consigues un buen nombre o un predicador, porque ni si quiera a Dios le he dudado tanto la existencia, tampoco le he rendido tanta fe. Ya no sé si soy hereje tuya o devota creyente. Tú no contestas, no das muestras de nada, no hay milagros; vaya que tomas muy en serio tu papel de dios, y yo en mi afán de estar en tu contra grito y pregono que tu recuerdo ha muerto; yo creo que un día de estos ya me sale barba y bigote.

Pero bueno, basta de debrayes, yo sólo te pido una cosa: quédate y nunca te vayas, porque si te quedas hoy, yo me quedaré mañana.

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