Confesiones de media noche (tu media noche)

A veces creo que me reflexiono mucho las cosas y que lo que digo son desvarío. Me parece que es debido a ello que me gusta leer, porque ahí me encuentro con que, viejos cincuentones -muertos ya-, piensan lo mismo que yo. Que Mario le puso palabras en la boca a Martín, pero no cualquier palabra, pura palabra sabía. Mario sabía que la distancia, la que más pesaba era la del tiempo, porque a esa ya no se le puede hacer nada, o termina o aumenta: no hay más. 

Es gracioso, porque yo no venía a decirte eso, pero siempre todo se me desborda cuando hablo o pienso que hablo contigo. En fin, venía a decirte que a penas van tres semanas y yo ya estoy pensando en echarme con un sólo pie cuando pase el metro. No sé qué me pasa, si es toda mi familia y amigos que me miran y me compadecen, que me dicen en alto: "no lo puedo creer, que buena onda: te admiro mucho" pero en silencio se ríen y me compadecen, diciendo: "esta no aguanta ni las tres semanas." 

Es difícil, ¿no? Ya tú me habías dicho que me ahogo en un vaso de agua y es jodídamente cierto, ¿será por que soy tan pequeña? El autocorrector marca como error eso de "jodidamente", me pone como opciones "moderadamente" pero es que la moderación es mierdera. Moderado, uno no puede ser moderado, puede ser gris, puede ser todo, pero ¿moderado? ¡Bah!

Por cierto, que triste historia esa de Martín, casi se me salen las lágrimas de no sé por que recordé que mi angustia por tanta tarea es mayor.

28/08/16

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