Te despido sabiendo que te vas.

No puedo negarte, linda, que aquella noche que me confesaste tus ideas suicidas solté a una lágrima que quería ser fugitiva. No sé si estás loca por querer morirte o yo soy una demente por creer que puedo aguantar ser la ultima rama de este árbol ya caído.

La muerte comenzó a asustarme desde que se llevó a la abuela. Yo andaba por la vida muy tranquila pensando que sólo eso era, vida y nada más por siempre. La eternidad en que se sumerge uno gracias al instante. Qué engaño... qué tragedia cuando uno sufre la muerte. La muerte de la abuela me hizo sufrir como ninguna, y tú y tus confesiones de medianoche me ponen a sufrir en adelantado, como si quieras que te sufriera antes y no cuando ya te fuiste, no creo que te funcione.

Hablas tranquila, dices que lo harás pero no dices cuando. Me hablas del futuro, de vivir juntas y después te quejas diciéndome que llegar a los 25 seria horrible, seria cansado. ¿Entonces cuándo estaremos juntas? A penas eres una niña, tienes 17 y ya haces planes de marcharte tan pronto. ¿Con qué me vas a dejar? ¿Con tu cadáver? No vayas a ser grosera, no me vayas a dejar un desastre, sé delicada; asfixiate entre las piernas de tu novia, vete en un viaje de LSD, congélate si quieres, pero no dejes un desastre.

Yo sé que no hay nada que decirte, tú ya lo has decidido o lo decidirás. Tu eliges morirte de chingadazo, yo pretendo vivir muriendo o sabiendo que moriré pero no por mi mano. La cobarde soy yo o eres tú, tal vez las dos lo somos y puede que seamos valientes. ¿Por qué uno siempre tiene que estar de un sólo lado? ¿Por qué no creen en el gris? ¿Por qué no crees en él? ¿Acaso es muy aburrido? Hasta en la muerte hacen lados, que los buenos, que los malos. Ni en la pinche muerte uno puede ser todo, sólo se es algo.

A veces imagino cómo me sentiré cuando se vayan uno a uno, como dientes de león. No sé si me haré mas fuerte con cada partida o si me desmoronaré cada que se vayan. Sólo pido no estar sola con cuarenta gatos, que al menos alguien esté conmigo para sufrir, para vivir y no pensar en que otro se ira o que me iré. Ojalá que mi amor bisiesto regrese y viva conmigo, que esté conmigo cuando te vayas, cuando se vayan todos los demás.

La muerte no puede sufrirse sola, menos la tuya.

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